La realidad virtual pone al maltratador en la piel de su víctima

“¿Qué coño haces?”, “¡Que te calles!”, grita un hombre al otro lado de la habitación. “Hablar por teléfono es lo que te gusta, ¿no? Pues eso se va a acabar”, chilla lanzando un teléfono al suelo. El hombre no es real; tampoco la escena de violencia que recrea. Se trata de una reproducción en realidad virtual de una situación de violencia machista. Él que amenaza es un avatar y, en el cuerpo de la víctima, con apariencia de mujer, está un hombre real, condenado por violencia de género, que, con unas gafas de realidad virtual, observa la escena como parte implicada, en el cuerpo de una mujer. Todo forma parte del experimento que han llevado a cabo investigadores del Instituto de Investigaciones August Pi i Sunyer (IDIBAPS), vinculado al hospital Clínic de Barcelona, para estudiar el comportamiento de los maltratadores cuando se ponen en los zapatos de las víctimas.